Evento V: ¡Brujería!

Al parecer, la señora Jacinta Cirrodelli, una acaudalada mujer casada con August Cirrodelli y copropietaria junto con este de una prospera viña al norte de nuestra provincia, y en la cual embotellan afamadísimos vinos, sufrió un desagradable accidente la tarde del martes, hace dos días.
Según cuentan, mientras paseaba por una de las calles más concurridas de nuestra ciudad, Jacinta se precipitó al suelo con estrépito, comenzando a sufrir impresionantes espasmos y a emitir agudos gritos…Sabe usted que yo soy hombre culto, y en un primer momento según me lo contaban, supuse que tal vez se había golpeado, o sufría algún mal estomacal de los que hacen surgir el contenido del vientre de manera desagradablemente violenta. Pero ocurre que los testigos, que no son pocos, juran y perjuran que la mujer comenzó a escupir blanquecina espuma por su boca, a la vez que maldecía en una lengua gutural que ninguno de los presentes supo identíficar…Y he aquí que mis dudas sobre la presencia del maligno se hicieron ya evidentes.

Pero los hechos no acabaron aquí. Nadie socorrió a la mujer hasta que su marido la encontró 1 hora después, inconsciente y rodeada de vómitos. La noticia corrió como la pólvora por la ciudad, y sabe usted que los sinmarianos son hombres puros, devotos y temedores de Dios, y actuaron en consecuencia. Al día siguiente, asaltaron la mansión de los Cirrodelli, secuestrando a Jacinta, y dejando a August herido….