Evento II: La voz del débil

Sebastián Argenti escribió:Pero no asesinaron a personas, asesinaron a infieles, que merecen ir al infierno, y que ya anteriormente, robaron las tierras dónde se encontraban.

Es cierto, recibieron la pena justa por lo que hicieron contra la Ribera.

Ducado de Tamasca, una nueva era

Dicen los entendidos en estas cosas que el odio alimenta al odio. Odio es lo que se podía distinguir en Tamasca en estos momentos. La imagen era dantesca. Los 20 presos habían sido alineados en la plaza principal de la aldea al alba, a la vista de los poco más de 600 habitantes, todos ellos cristianos. A todos los detenidos se les había dado la posibilidad de renegar de su religión aunque no pudiesen salvar la vida. Si se alejaban del catolicismo en sus últimas horas de vida, gozarían de una muerte menos dolorosa.

Al que no se le habían dado posibilidades era a Arthuro. El poco antes héroe, se veía hoy relegado al ostracismo, condenado a una muerte lenta y a un ridículo público. Arthuro de la Rochelle moriría a la postre por medio de una horca de caida corta, la cual no le mataba al instante, sino que prolongaría su sufrimiento más allá de lo humanamente aguantable. No solo eso, las órdenes del Emperador eran claras: tras su muerte, quemar a Arthuro en la horca y mantenerlo ahí sine die, hasta que los pájaros hiciesen buena cuenta de su carne.

La sentencia para el resto de sus compañeros era la misma solo que ellos serían quemados en una hoguera común. 20 hombres muertos en el día de hoy. 20 hombres con familiares en Tamasca que presenciaron su muerte con miradas odiosas hacia las tropas imperiales asentadas ahora en el Ducado. Además del dolor y odio hacia el Imperio, solo corría un rumor por el poblado: ¿dónde estaba el Duque?.

Ganadería de Tamasca

No habían llegado noticias a los hombres de la Rochelle desde hacía días. Algo no estaba funcionando bien en el Ducado. Solían recibir mensajeros cada día y las últimas noticias eran satisfactorias. Los 50 hombres presentes allí no estaban preparados para el uso de las armas. Arthuro los había colocado allí porque no se esperaba que la ganadería fuese un punto caliente. Sin embargo, iba a ser así.

De nuevo, tropas imperiales se acercaban hacia posiciones cristianas. Sin embargo, en esta ocasión no hubo clemencia. El objetivo era apresarlos pero esta vez los católicos no fueron tan ilusos como sus compañeros. Sin embargo, luchaban con más corazón que cabeza y conocimiento. Sangre. Sangre derramada por todas partes de nuevo...y solo era sangre católica.

Consecuencias

- Tamasca recupera la ganadería
- Tamasca pierde 70 habitantes (los hombres de la Rochelle en la ganadería y en la aldea)

- Jesús de la Cruz debe aparecer durante esta semana o perderá el Ducado

Cabe destacar que los ejecutados fueron acusados de:

Comportamiento violento.
Intolerancia religiosa.
Homicidio.
Genocidio.
Injuria.
Difamación.
Estrago.
Traición.
Rebelión.
Resistencia contra la autoridad.
Exterminio.

Además de los anteriores, Arthuro de la Rochelle fue acusado de:

Amenaza.
Sedición.
Incitación a la violencia.
Incitación al exterminio.

Y la sentencia, como ya todos saben, fue la muerte.

Además, el Emperador no acudió a la ceremonia pero ordenó la comparecencia obligatoria del Duque. Aún no se cuál es la razón por la que el Duque no ha regresado a la ciudad, pero si se demuestra su huida de Tamasca se le desterrará y se nombrará a un nuevo Duque.

Por último, decir que habrá más medidas para evitar nuevas rebeliones.

Otra muestra más de la barbarie y sinrazón del Imperio. Otra muestra más de que tratan de aplastar al cristianismo al forzar a los ejecutados a renegar del verdadero y único Dios.

Todos los habitantes de Tamasca les odian, pero ustedes siguen empleando la tortura, la muerte y el miedo para tratar de someterlos.

Son despreciables.

No hay excusas que valgan, los asesinaron por ser cristianos, cosa que no ha puesto en su lista de acusaciones.

Lamentable.

Carta a los habitantes de Tamasca

Resistid hombres de Tamasca! Los infieles morirán a nuestras manos, esta escrito.

Muy pronto habremos de asestar recios golpes a los infieles. Sangrará su hoja hasta el oro del pomo. Los viles orientasles vinieron a nuestros pueblos para labrar su infortunio. Os lo juro: a todos les espera la muerte.

Nuestro señor os ha elegido como pueblo puro, conocedor de la verdad y luchador por su palabra: sabía que no hay ningún cobarde entre vosotros. Es menester soportar grandes fatigas por su señor, sufrir fuertes calores y crudos fríos, y también perder la sangre y las carnes.

Aquellos muertos hoy, recompensados son en el Reino de los cielos. Luchad por el nombre del salvador, pues ningun infiel podrá hacer zozobrar nuestra fe.

Lo siento, pero ninguna carta provocativa de reinos extranjeros va a llegar a Tamasca.

Se encargara el Señor de que mis palabras sean oidas por los cristianos que su fe profesan, por su fe luchan y por su fe mueren si es menester.

Ningun infiel podrá cortar los dictados de Sinmar, el dulce, ningún infiel siquiera podrá elegir que le depara a el su vida como para dictar algo por encima de sus hombros.

Arrepentios y sereis perdonados en el Reino de los cielos

Sinmar sólo tiene el poder de la difamación, la queja y el charlatanismo. No tiene ningún poder que pueda afectar lo más mínimamente al Imperio y eso ya ha quedado demostrado a lo largo de la historia: cada vez que el Imperio se ha enfrentado en guerra o en paz contra Sinmar, ha ganado más y más territorios y Sinmar los ha perdido.

No tiente a la suerte, pues la historia tiene la costumbre de repetirse.

Cuanta infamia junta, y cuanto complejo reprimido.

Poderosos son los ejércitos de esa raza odiada. Desdichado de usted! Cuan desierto quedarás al perder ese feudo que nunca te pertenció.
No reclame la ira de Dios contra vos puesto que ésta llegará cuando los de buena fe nos plazca.
No insulte a Sinmar, el dulce, pues entre los Reinos es el elegido por el señor y a sus pies vos y vuestros traidores caereis clamando misericordia, si es antes o despues solo lo sabe Dios, pero que será lo sabe el mas pagano de vuestros siervos

Las nuevas leyes imperiales determinan la conversión o destierro de todos los católicos del Imperio.

Las opciones que tienen están bien detalladas en el código de Zin Saiyan y no hay razón para explicarlas de nuevo.

La justificación es obvia y tampoco necesita de explicación porque es evidente: si una comunidad altera el orden del Imperio, se eliminará.

Personalmente aconsejo a los católicos no violentos convertirse a la fe oriental o al protestantismo.

Zin Saiyan escribió:Como dice el Duque Kublai Jan, los cristianos tienen el respeto asegurado en el Imperio, como hasta ahora. Quizá este rebelde lo que consiga es que las leyes de respeto cristiano en Tamasca tarden unos días más en instaurarse, poco le debe importar ya que sólo busca una excusa para aliviar su frustración a golpe de espada.

Zin Saiyan escribió:Los ciudadanos normales no sufrirán daños.

Cuan mentirosos hay en ese Imperio, empezando por el ponzoñoso emperador y acabando por el más indeseable de sus soldados.

Decía hace no mucho que los cristianos iban a ser protegidos, y ahora los asesina, extermina o expulsa de su región. Se nota el aprecio y apego que tiene hacía la población al exiliarla a otras zonas, a la cual prometió que no iba a hacer daño alguno.

Que magnificas leyes de respeto cristiano emanan de sus leprosas manos. Cuanto les queda por aprender a los bárbaros como ustedes.

Hablaba de cristianos, y en el Imperio seguirá habiendo cristianos: tenemos una excelente relación con los protestantes, los verdaderos seguidores de la palabra de Cristo.

Además, ninguna persona normal va a sufrir daños, no se de dónde saca usted eso...

PD: Y espero que no considere normales a los que mataron a 380 iguales.

Se me olvidó poner una consecuencia:

- Tamasca pierde 70 habitantes (los hombres de la Rochelle en la ganadería y en la aldea)

Es típico de los catolicos vér la miga de pan en el ojo ajeno, mas no en el suyo propio. El señor De La Rochelle faltó a su palabra y a su honor, y asesinó, junto con sus hombres, a 380 inocentes sin motivo y sin ni siquiera darles la oportunidad de defenderse. Tomaron la ganaderia que alimenta a su pueblo y se atrevieron a pensar que solo por profesar la fé católica obtendrian la victoria a base de mentiras y genocidios. A decir verdad el Emperador solamente hizo lo que tenia que hacer: detener este arranque de violencia cristiana e impedir que se derramara mas sangre inocente.

Porque ahi está la diferencia entre el emperador y De La Rochelle. Ese rebelde emprendio una cruzada contra los ciudadanos orientales manchandose de sangre inocente. ¿Era necesaria tal masacre? Todos sabemos que no, excepto los cristianos, a los que le interesaba que el emperador tomara medidas drasticas para proteger su imperio con el unico fin de criticarle y tener una excusa para invadir el imperio. En cambio, el emperador retomó la aldea sin derramamiento de sangre, sin apuñalar a nadie por el mero hecho de ser cristiano, sino que solo fué a por los hombres de armas. Si el cristianismo vé esos actos como una barbarie, no me queda mas que añadir que los únicos barbaros son ellos.

Felicito al emperador por su pericia para solucionar este problema sin caer tan bajo como esos rebeldes y sin derramar sangre inocente.

//Por favor les pido que me pasen sus últimas órdenes por mp.

LA FUGA



La leyes son claras profesar el catolicismo está prohibido. Tamasca pasó sus últimos meses encerrada. Tropas del Imperio recorrían sus calles día y noche. El cadáver de la Rochelle ya había sido retirado de la plaza. Algunos ya habían partido, pero la gran mayoría seguía allí negándose a perder sus tierras. Muchos decidieron pasarse a la religión oriental, otros prefirieron abrazar el protestantismo, aunque no era más que una farsa. Reuniones clandestinas que recordaban a los inicios del catolicismo en la época romana se sucedían bajo la protección de la noche.

El nuevo sacerdote estaba cobrando cada vez más fuerza y era evidente que el resentimiento crecía minuto a minuto. Pequeñas trifulcas se sucedieron a lo largo de toda Tamasca. Los soldados del imperio respondían rápidamente y de forma severa. Los hombres atacaban cada vez en mayor número y mejor armados, aunque sin éxito debido a que no eran amenaza frente al ejército profesional de Zour. De lo que no había duda era que la escalada de violencia parecía no tener fin.

- El momento ha llegado. El Papa Dante XIII y el reino de Sinmar nos han dado la espalda. Como su sacerdote no puedo permitir que muera más gente. Esta noche nos vamos. No va a pasar mucho más tiempo para que nos descubran aquí.

Las palabras de Yves Fulbert eran claras y decididas. Sus fieles lo seguirían así como alguna vez siguieron a la Rochelle. Las mujeres prepararon las bolsas de ropa y pusieron a hervir aceite. Los hombres afilaron sus improvisadas armas y ultimaron detalles. El destino era claro y su meta aún más. Pero no se irían sin hacer oír su reclamo, incendiarían el nuevo templo que se levantaba como una afrenta a su Dios.

Un desgarrador grito de furia cual canto de guerra rompió le silencio de aquella noche. La fuga estaba en marcha. Las tropas sorprendidas del emperador intentaban frenar a los violentos hombres que corrían al exilio mientras intentaban hacerse fuertes juntándose en la plaza, paso por donde muchos debían pasar para escapar de la ciudad.

- ¡Se quema el templo! - gritó un guardia mientras era abatido por una muchedumbre iracunda que arrojaba antorchas al techo del templo.

La desesperación se apoderó de la delegación del imperio. El pedido de refuerzos había salido y era cuestión de tiempo para que llegasen más de 400 soldados para detener a los insurgentes. No fueron pocos los espadachines que acudieron al templo para evitar su destrucción, pero no contaban con la lluvia de aceite hirviendo que les esperaba. Desde los techos de las casas las mujeres derramaban el aceite que les quedaba sobre los cuerpos de los soldados que caían retorciéndose de dolor mientras a lo lejos veían arder el templo.

Un nuevo grito se escuchó y cambió la dirección de los rebeldes que desaparecieron tras cruzar el río al oeste de la ciudad.

- El Bienestar de la nobleza de Tamasca baja 5 puntos.
- El Bienestar del pueblo de Tamasca baja 5 puntos.
- El Ducado de Tamasca pierde 700 habitantes.
- El Imperio Zournano pierde X tropas.
- La religión oriental en Tamasca se sitúa en el 36% y el protestantismo en el 64%.

Habitantes del Imperio, hoy ha sido un día trágico debido a la muerte de algunos guerreros del Imperio. Pero sabéis tan bien como yo que gracias a su sacrificio, nos hemos librado de mil años de tragedias provocadas por los católicos.

Son un pueblo enrabietado, un pueblo violento y bárbaro incitado por las declaraciones de Sinmar. Y hoy han abandonado por fin nuestras fronteras. Debemos estar contentos de haber tenido sufrimiento sólo un día, y no más. Al expulsar a estos sangrientos católicos he evitado años de enfrentamientos en las calles de Tamasca. Espero que todos lo comprendáis, Zour ha triunfado de nuevo.

En fin, la represión genera levantamientos desde que el mundo es mundo. Temprano anunciamos que esto sucedería, el cristianos es de fe poderosa y se levantara contra el opresor que ose cercarlo, marginarlo o castigarlo.
La demagogia empezó hace mucho a manifestarse por boca del emperador, pero hoy alcanza su máxima expresión queriendo hacer creer que la honrosa y estratégica victoria de nuestros hermanos sobre su ejército es una victoria del Imperio. Sus subditos deberán agachar la cabeza con vergüenza y deshonor, hoy Dios ha vuelto a manifestar su omnipotencia.

En cuanto a los rebeldes huidos, no pienesen que el Reino De Sinmar les ha dado la espalda, en nuestras tierras serán recibidos con honores y asentados con todos los privilegios que un habitante del Reino Sagrado goza.
Si tienen a bien comunicarse conmigo, haganlo con presteza que serán recibidos.

Que Dios los Bendiga.

Si deciden refugiarse y hacer una vida nueva en Puerto Negro también los recibiré con sumo gusto.

Era algo necesario,no podíamos tener enemigos en nuestro bando..

Cualquier habitante de Sinmar recibirá a ese "algo necesario" que llaman los rasgados orientales como buen cristiano abrazando a su hermano.